
por Redacción InfoLibertad con información de La Derecha Diario
La crisis monetaria de Bolivia empeora cada día. El banco central del país reportó reservas internacionales por debajo de $700 millones, el nivel más bajo en los últimos 19 años. La situación es aún más dramática si se tiene en cuenta que la autoridad monetaria dejó de publicar estadísticas sobre sus tenencias de reservas desde el 8 de febrero.
Se mantuvo durante más de una década un tipo de cambio fijo con el dólar estadounidense (alrededor de 6,97 pesos por unidad desde 2008) basado en el constante agotamiento de las reservas (ante la ausencia de controles de cambio), pero la situación llegó a un punto en que la devaluación oficial parecía imparable. En una corrida contra el peso, no hay forma de que el banco central continúe manteniendo la paridad del tipo de cambio.
Las expectativas de depreciación no solo están afectando la demanda minorista de dólares, sino también los mercados financieros: los bonos soberanos en dólares de Bolivia se han desplomado un 44% desde el año pasado, y el índice de riesgo país de JPMorgan subió a 1.693 puntos básicos el jueves.
Cabe señalar que uno de los muchos factores que considera el JPMorgan Risk Index es el riesgo asociado a la depreciación de la moneda nacional, así como el riesgo de impago o default.
El gobierno tuvo que lidiar con una diferencia de casi 17 por ciento en la tasa de interés internacional de referencia (la tasa de los bonos del Tesoro de EE. UU.), un fenómeno que afectó no solo el financiamiento del sector público sino también el acceso del sector privado a los mercados internacionales de capital.
El sostenimiento de una igualdad cambiaria fija, en un contexto de inflación moderada pero persistente desde 2010, funcionó para disciplinar las expectativas sobre la evolución de los precios, pero en la medida que el sistema no se pueda sostener las expectativas rápidamente podrían tornarse en contra si se descuenta una devaluación inminente. Bolivia se encamina a perder la estabilidad de precios, la cual se había presumido el denominado “socialismo del siglo XXI” en el país.
El régimen de Luis Arce tiene dos opciones: o bien permitir la flotación del peso y la devaluación, o introducir controles de todo tipo sobre la transacción con divisas o el retiro de efectivo de las instituciones bancarias. La dramática expropiación de los fondos de pensiones bolivianos no hizo sino disminuir aún más la escasa credibilidad del Gobierno socialista.
Bolivia esta posicionado en el cuarto país con mayor riesgo en América Latina, luego de Argentina, Venezuela y Ecuador. En comparación con el valor medido hace tres meses, el aumento acumulado es de 1000 puntos. La crisis cambiaria escaló muy de prisa, mientras que el mercado buscaba deshacerse de sus tenencias del dólar boliviano en favor de activos más confiables.